Hay ciertos modelos que por su diseño y por su concepción inicial son más susceptibles que otros de servir de base para preparaciones de todo tipo, swaps y demás historias… Pero nunca nos habríamos imaginado que el BMW Z3, el mítico biplaza de finales de los 90 y principios de los 2000 pudiera dar tanto juego para ello.
Si ya pasó por aquí un Z3 coupé con motor V8 de Corvette, ahora ha llegado el turno de un Z3 roadster con otro V8, esta vez con el S65 que montó en su día el BMW M3 (E90-E92). Sinceramente, no sabemos cómo se las apañan para aprovechar tanto un vano motor que va justito -aunque muchos recordamos ese experimento del Z3 V12- y, sobre todo, lidiar con el reparto de pesos en un coche que ya era “morrón” con el seis cilindros.
El caso es que un holandés creyó que era buena idea embarcarse en este proyecto y así hizo. Cogió un Z3 2.8 restyling (como el mío), con una spec bastante elegante y lo convirtió en todo un sleeper con un boleto de regalo para encontrarse con el Altísimo.
¿Cómo fue esta vez? Lo primero, encontrando donantes de motor y caja en sendos M3 E92. De ahí sale el V8 4.0 de 445 CV (del 2009 con 85.000 km) y la caja de cambios manual de seis marchas (del 2010 con 35.000 km). Seguro que al futuro comprador le alivia saber que tiene los casquillos de biela cambiados y varias piezas internas mejoradas (rodamientos del cigüeñal) hace menos de 4000 kilómetros.
Con lo ”gordo” ya conseguido, lo siguiente fue liarse la manta a la cabeza y empezar a retocar y mejorar casi todo: sistema de frenado BBK completo con pinzas de seis pistones delante y discos rayados, nueva bomba, latiguillos… Seguimos: amortiguación BC Racing regulable, nuevas estabilizadoras, barras de torretas, juego completo de silentblocks Powerflex con soportes de motor, etc.
De manera obvia, todos los periféricos del motor se han mejorado acorde: radiador M, admisión RAMAIR, escape con catalizadores más pequeños... Y así podríamos seguir hasta mañana. Una preparación que no cesa en el interior, donde se han instalado unos buckets Corbeau, un volante de E30, ciertos detalles en Alcantara y el cuadro de instrumentos de un Z3 M S54.
Un conjunto que podría pasar por un Z3 2.8 ligeramente tuneado para el ojo inexperto pero que esconde abominables secretos. Con todo, el creador afirma que pesa 300 kilogramos menos que un M3 E92, quedando en 1285 kg y que las prestaciones son bastante superiores a las de un Z3 M (pero qué va a decir si quiere venderlo…).
Un proyecto que llevó de 2015 a 2019, con bastante dinero invertido y que ahora puede ser tuyo por apenas 48.950€, con ITV en vigor. Solo me queda por saber cómo lidia el árbol de transmisión con semejante torrente de potencia y si mantiene el tren trasero de serie; eso sí, la escasa rigidez torsional de roadster de los 90’ está asegurada.
Podéis encontrar el coche a la venta aquí. ¿Lo compraríais?