En Sexta Marcha tenemos varios vicios irremediables; uno de ellos es el pasar horas navegando por webs de anuncios de coches de medio mundo sin mayor afán que el de engordar nuestra lista de favoritos con toda una prole de futuribles miembros de nuestro garaje; otro son los BMW Z3 -al menos para mí, que hasta tengo uno-.
La unión de ambos a veces resulta en tremendas casualidades, por ejemplo, encontrarse con coches como el que hoy os traemos aquí y que solo podía venir de un lugar como Alemania. Lo que comenzase su vida como un BMW Z3 Coupé, ha terminado convirtiéndose en el hijo bastardo de BMW y General Motors, dispuesto a ponerte a prueba en un paseo de infarto por el Infierno Verde.
Porque alguien tuvo a bien coger un BMW Z3 2.8 con casi 320.000 kilómetros y darle una nueva vida con un trasplante de corazón y muchas cosas más. Esto que veis en las imágenes es lo que su dueño ha bautizado como ZLS3-GT y que ahora pone a la venta después de haber recorrido apenas 13.000 kilómetros desde su resurrección.
La idea de este aparato es sencilla: meter con calzador el V8 LS3 de 6.2 litros de cubicaje y algo más de 400 CV y 600 Nm de par de los Corvette, Camaro y cía. más potentes en el vano motor del Z3 y adaptar el resto de componentes para conseguir que todo funcione correctamente, entregando sensaciones inenarrables.
Así, este Z3 (que de Z3 le quedan solo las formas), acopla una caja manual Tremec T56 de 6 velocidades como la del Dodge Viper o la del propio Corvette, transmisiones acorde y un diferencial autoblocante BMW de relación 2.93, como el empleado en el M3 E46. Como consecuencia del salvaje aumento de potencia, lejos incluso del loco Z3 M y sus 321 CV, hay mayor sección de neumático, con 315mm en el eje trasero, cortesía de unas Michelin Pilot Sport 2 que hacía tiempo que no veíamos por ahí.
Con una orientación tracktool (aunque no terminemos de entender las PS2), las llantas pasan a ser de ProTrack en 18" y el sistema de frenado se ha mejorado considerablemente, ahora K-Sport con pinzas de 6 pistones y discos de 356 mm delante y pinzas de 4 pistones y discos de 330 mm detrás, además de pastillas de alto rendimiento.
Y por último, el interior acoge unos impresionantes y radicales Recaro Pole Position, semijaula y un nuevo cuadro de instrumentos, nuevo volante y pomo, además de dejarse por el camino gran parte del material de aislamiento del modelo de base. No parece un mal sitio desde donde tentar a la suerte.
Es una propuesta disparatada y única sobre la plataforma de uno de los coches más simpáticos y controvertidos de principios de siglo que nos resulta adorablemente excesiva (nos pasa un poco como con su precio). Qué pena que no podamos acercarnos a Alemania para darnos una vuelta en él, pero bueno, si te pica la curiosidad, puedes verlo anunciado aquí.
¿Te lo comprarías? Dejamos mientras un vídeo (muy casero) de la criatura:
