Decía Jeremy Clarkson que no eres un verdadero amante de los coches hasta que no has tenido un Alfa Romeo. En Sexta Marcha no somos tan radicales en ese aspecto, pero siempre hemos sentido cierta predilección por la marca italiana. Tanto es así que, después de mucho sopesar, hice caso al gurú Clarkson y decidí que el Alfa Romeo Giulietta Quadrifoglio Verde podría ser un buen añadido al garaje.

Tiempo después, era hora de escribir una prueba acorde dividida en dos capítulos: la prueba en sí y mi experiencia personal tras un año entero de uso. En esta primera entrega examinaremos los fríos datos, veremos qué ofrece -u ofrecía porque el modelo ya está descatalogado-, y le sacaremos todo el jugo en la carretera.

Alfa Romeo Logo
La cruz de San Jorge y el biscione

Un poco de historia

El Alfa Romeo Giulietta fue el compacto de segmento C que la marca lanzó en 2010 como continuación del Alfa Romeo 147. Con un posicionamiento premium y todo el cuore italiano (imposible olvidar el anuncio de Uma Thurman), Giulietta llegaba para competir de tú a tú con el todopoderoso Volkswagen Golf.

Diez años más tarde y tras estirar su vida útil hasta límites insospechados -con un ligero lavado de cara en 2014-, Alfa Romeo cesaba la producción del Giulietta en 2020 sin sustituto a la vista, a pesar de los muchos rumores que incluso nos hicieron soñar con un compacto de tracción trasera.

Alfa Romeo Giulietta QV
Inconfundible diseño italiano para el último compacto de Alfa

Y arriba del todo, en la cúspide de la gama, Alfa decidió plantar un trébol de cuatro hojas para la versión más prestacional. Una insignia, la del Quadrifoglio Verde, que le sería arrebatada poco después del restyling para pasarse a llamar Veloce, pero esa es otra historia. Lo que hoy nos compete es este Alfa Romeo Giulietta QV anterior al restyling, de cambio manual (desde 2014 solo se ofrecería con la nueva caja TCT de doble embrague).

Alfa Romeo Giulietta frontal
Frontal del Alfa Romeo Giulietta

Características

El Giulietta QV pretendía ser el anti Golf GTI a su manera. Ante todo, porque se desmarcaba en cuanto a diseño con unos trazos curvos innegablemente made in Alfa Romeo frente al look anguloso de aquel. Más allá de gustos, una década mediante, se siente actual y moderno, sobre todo gracias a su firma lumínica posterior en LED que es inconfundible.

Alfa Romeo Giulietta QV trasera
Una trasera rematada con dos sencillas salidas de escape

Una trasera musculosa de voladizos muy cortos, una pronunciada caída del techo y un acuñamiento general que continúa hasta el frontal del coche donde preside el scudetto, afortunadamente libre de placa de matrícula (ya podrían haberlo hecho así en el nuevo BMW M4). Unas formas que se ven acentuadas y lucen especialmente bien en el color Rosso Competizione de esta unidad: una pintura tricapa especial por la que había que desembolsar en la época algo más de 2000€ (casi un 10% del precio base del coche)  y que guarda parentesco con el tono del eternamente bello Alfa 8C de 2007.

Emblema Quadrifoglio Verde
En las aletas delanteras, el trébol de cuatro hojas deja claro que no estamos ante un Giulietta más

En sus tripas, la receta típica de un hot hatch al uso: un motor tetracilíndrico de 1.75 litros turboalimentado. En total 235 CV a 5500 rpm y 340 Nm de par desde 1900 rpm, suficiente para abatir en 0-100 en el entorno de los seis segundos y empujar hasta los 242 km/h.

Motor Alfa Romeo Giulietta QV
Vano motor del Giulietta QV

Acoplado a este motor, un cambio manual de seis velocidades (solo hasta 2014), con el que gestionar un torrente de potencia que se enviaba a las ruedas delanteras con la ayuda del sistema Q2; un diferencial autoblocante simulado por la electrónica actuando sobre los frenos. Y no hay doscientos modos diferentes de conducción; en su lugar, el selector DNA permite escoger entre Normal, Dynamic y All Weather, modulando en todos ellos parámetros como la entrada del control de estabilidad (VDC) y de tracción, la gestión del par, el peso de la dirección o el tacto de acelerador y freno.

Interior Alfa Romeo Giulietta QV
El selector DNA se sitúa al lado del cambio

Unos frenos, por cierto, firmados por Brembo y de generosas dimensiones: pinzas de 4 pistones con discos ventilados de 330 mm y pinza de un único pistón con disco macizo de 278 mm detrás. Visualmente imponentes, se recogen dentro de una llanta de 18 con neumáticos de 225/40 R18.

Frenos Alfa Romeo Giulietta QV
No solo frenan, también son bonitos

Otro de los argumentos de peso del Giulietta era su supensión: clásica columna McPherson delante y suspensión independiente detrás, lejos de la actual moda ahorradora del eje rígido. En el caso de esta versión, con un tarado específico y más deportivo y una altura rebajada, aunque con un innegable enfoque GT, de nuevo con el Golf en mente.

Alfa Romeo Giulietta QV
El QV va más "agachado" que un Giulietta normal

Todo ello en un envoltorio de 4,35x1,80x1,46m que prima el diseño sobre la funcionalidad, algo que tendrá una serie de implicaciones importantes y que detallamos en el siguiente apartado

Usabilidad y vida a bordo

Concebido para un uso cotidiano y con las dimensiones del clásico compacto, el Giulietta debía ser apto para alojar a cuatro adultos y a su equipaje de manera satisfactoria. ¿Lo lograba? Sí, a secas. Sin brillar especialmente en este aspecto por la particularidad de su diseño con la marcada caída del techo (las tallas grandes lo van a pasar mal), por la forma en la que se abren de las puertas traseras y por un correcto maletero de 350 litros, cumple.

Plazas traseras Alfa Romeo Giulietta
Las formas no son las más ergonómicas del mundo

Quizás el comprador pasado o futuro de un Giulietta QV no tenga esto demasiado en cuenta, pero seguro que se preocupa por su interior y sus calidades. Aquí, una vez más, la forma y el ahorro en costes vencieron a la función. Porque este Alfa se siente germanizado pero no mucho; buenos ajustes y materiales mezclados con dudosas decisiones.

Interior Alfa Romeo Giulietta QV
Interior del Giulietta QV

Mandos de estilo aeronáutico como en el 8C en la consola central, pedales de aluminio, detalles específicos en rojo, plásticos blandos en la parte superior, inserciones en negro piano.., que contrastan con plásticos duros y unos mandos en el volante de fabricación muy mejorable. Volante por cierto heredado del Fiat Punto y un poco maquillado, que se antoja grande y soso (mejoró bastante en el restyling).

A pesar de ello, la sensación general es muy buena y acomodado en los asientos de cuero y tela de serie (existían en cuero en opción), es relativamente sencillo encontrar una buena posición de conducción. Para mí, con 1,88m, me resulta demasiado "italiana", quedándome o demasiado cerca de los pedales, o lejos del volante. Lo mejor es que puedes ir sentado realmente bajo y la palanca del cambio cae perfecta a la mano.

Velocímetro Giulietta QV
Instrumentación analógica de la de toda la vida, pulgares arriba

Eso sí, no esperes una visibilidad encomiable, culpa del tendido pilar A y sobre todo en el tres cuartos trasero, que es inexistente por la caída del techo. ¿Infotainment? Apenas una radio con bluetooth, conexión USB y, en opción, una pantallita bastante cutre. Pero ¿es que eso importa cuando giras la llave? Descubrámoslo.

Asientos Giulietta QV

Comportamiento dinámico

Un buen hot hatch es aquel que es capaz de transportarte de manera cotidiana sin mayores perjuicios para tu espalda, salvo honrosas excepciones, y sacarte sonrisas cuando la carretera se retuerce. Para lo primero, servir de medio de locomoción sin más pretensiones, el Giulietta QV es un digno GT, más cerca del Golf GTI que de un Megane RS.

Con un rodar suave gracias un tarado firme pero que permite fluir por las vías rápidas, se desenvuelve perfectamente a cualquier velocidad de crucero. Además, el viento y el motor apenas se perciben, salvo cuando el resonador comienza a introducir sonido al habitáculo más allá de las 3000 vueltas. Eso y un ruido de rodadura algo más intenso que en otros compactos son las únicas pegas que se le pueden poner en este sentido.

Alfa Romeo Giulietta QV
Aplomo de coche maduro para el Giulietta

Llegas a la ciudad y se moverá entre el tráfico urbano con la misma soltura. Una dirección súper directa pero sin mucho peso y un tacto blando de pedales y cambio en el modo normal del selector DNA ayudan a pelear sin fatiga en la asquerosa rutina de circular entre semáforos. ¿Consumos? No tendrás que preocuparte en exceso por busca gasolineras porque rara vez superarás los 9 litros en uso mixto, bajando al entorno de los 7 litros a velocidades legales en autovía. Y a partir de ahí, lo que le pidas.

El modo Normal sirve para el 90% de las ocasiones

Pero es alejarse de la civilización, engranar el modo Dynamic y este Giulietta Quadrifoglio Verde se convierte en un animal bien distinto. Liberando todo el potencial del 1.75, cada pequeño pisotón te devuelve de manera casi instantánea una patada considerable, catapultándote rápidamente al terreno de los enemigos de la DGT.

Olvidaos del papel y el crono, la sensación de pegada de este QV es sublime y sin remilgos: un torrente de par que hace que el volante cobre vida como no logra el Golf GTI. Ese torque steer nada refinado y hasta vulgar que, testigo de un eje delantero que pide clemencia, añade picante a la conducción deportiva.

Alfa Romeo Giulietta POV
A los mandos del Giulietta QV

Entonces frenas con un pedal “precargado”, sientes una mordida eficaz y con una pequeña insinuación del volante, el Alfa entra plano en la curva. En las manos un feeling extraño, con un peso muy correcto de la dirección, pero algo carente de feedback. A pesar de montar la asistencia eléctrica en la cremallera y no en la propia columna, solo comunica con ligeras vibraciones cuando la rueda ha perdido agarre. Aun con todo, mejor que la de sus rivales.

Emblema Alfa Romeo Giulietta QV
No es solo decoración, hace lo que parece que hace

Así, curva tras curva, te vuelves adicto a estirar el motor (el corte está algo antes de la zona roja, a unas 6250 vueltas y es fácil pasarse), a comprobar cómo de contundente es la frenada haciendo saltar unos warnings que necesitan poco para ello y a buscar las cosquillas a ese morro que se pelea con semejante bajada de potencia. Una secuencia placentera y adecuada al mundo real que, sin pretender matarte, es capaz de elevar tus niveles de adrenalina para poner la puntilla a un espectro de uso tan amplio.

Conclusiones

¿Cómo queda parado entonces el Giulietta QV? Y, ¿cómo de bueno es siendo el anti GTI?

Un conjunto equilibrado con el A3 y el Golf en mente solo podía alumbrar un coche así: un italiano germanizado que cumple en todas las facetas sensatas, que ha demostrado ser suficientemente fiable y que echa por tierra muchos dimes y diretes sobre Alfa Romeo.

Frontal Alfa Romeo Giulietta

No es el que menos consume, ni el más espacioso, ni siquiera el más deportivo, pero no hace nada mal y todos los días te regalará unas vistas privilegiadas. Salpicado de pequeños “defectos” que lo humanizan, le confieren una personalidad como no tienen los demás, siempre y cuando estés dispuesto a elegirlo frente a la aburridamente perfecta receta que era el Golf GTI.

Alfa Romeo Giulietta QV
Si no te giras a mirarlo, te compraste el equivocado

En suma, Giulietta es la chica guapa y peligrosa de la clase; la que, irremediablemente, te llamará la atención nada más mirarla, ataviada con su trébol verde de cuatro hojas. Y si consigues salir con ella, descubrirás que vuestra relación será la montaña rusa que esperabas. No es perfecta, quizás tus padres estén preocupados porque dejaste escapar a Fräulein y también es posible que discutáis a menudo.., pero, amigo mío, un día te darás cuenta que todo lo que necesitas en un mundo frío y lógico es un poco de alma y enamorarte.

"Senza cuore saremmo solo macchine"

Publicado el 
6/10/2022
 en
Pruebas de coches