En Sexta Marcha no desperdiciamos ninguna oportunidad para extraer la quintaesencia de cada coche que cae en nuestras manos. Tanto es así que, coincidiendo con un roadtrip por la isla de Mallorca y que podréis leer pronto en PetrolBonVivant, nos hemos puesto al volante de un Mini Cooper Cabrio.

Con todos ustedes, la prueba del Mini Cooper Cabrio 2021

Aunque nos gusten los Mini (y los cabrio), poco queda ya del concepto ideado por Sir Alec Issigonis allá por los años 60 del siglo pasado. Su primera reinterpretación moderna (R50), aunque magníficamente ejecutada por nuestro paisano Frank Stephenson, ya introducía un aumento considerable del tamaño “mini” y una serie de cambios en el planteamiento técnico que lo alejaban del original. Todo esto, además, se vio acentuado generación tras generación hasta llegar a lo que conocemos hoy por Mini (obviando el resto de carrocerías de la marca).

Generaciones Mini
Generaciones Mini

¿Cuánto queda de aquel go-kart feeling en este pequeñín después de dos décadas de aburguesamiento y superávit calórico? Veamos…

Diseño y habitáculo

Este Mini Cabrio, como todo buen Mini, conserva los rasgos característicos que lo hacen inconfundible: voladizos muy cortos, dos faros redondos y una calandra simple y casi sonriente.

Tal es el continuismo en las líneas del Mini que, para el ojo inexperto, resulta difícil diferenciar entre las sucesivas generaciones de un vistazo. Sin embargo, basta sacar la lupa para darnos cuenta de qué trae de nuevo este Mini -y en concreto el model year 2021-.

Mini Cooper Cabrio
Mini Cooper Cabrio

Para empezar, la calandra se afila más, adquiriendo una suerte de forma de hexágono, escoltada a ambos lados por unos faros con tecnología LED en nuestro caso. En el lateral todo discurre sin cambios, manteniendo la misma silueta desde hace ya mucho tiempo; la estrategia “nueveonce”.

En la zaga ocurre más de lo mismo, si no fuera porque los pilotos con la “Union Jack” son ahora de serie y se remoza el diseño de los antinieblas. En una unidad completamente negra, llantas incluidas (muy sucio), muchos de estos detalles quizás pasen desapercibidos. La nota “simpática” la pone una capota totalmente eléctrica de lona, con posibilidad de accionar en movimiento y que se puede abrir solo hasta la mitad para hacer las veces de techo solar.

Union Jack Mini Cooper

Pasando al interior nos encontramos una estampa que, para los amantes de BMW nos resulta tremendamente familiar y reúne lo mejor de ambos mundos. Mandos físicos para todas las funciones importantes (luces, clima, etc.) y una pantalla central que preside la consola con un juego de luces que da un toque chic al conjunto. No podemos decir que sea el colmo de la conectividad, puesto que no cuenta con Android Auto (los sofisticados conductores de Mini parece que solo usan iPhone), pero se defiende bastante bien con su propio navegador y por fluidez y rapidez de respuesta está a la altura.

Interior Mini Cooper Cabrio
Interior Mini Cooper Cabrio

El grosor del aro del volante es muy de BMW moderno también, con unos mandos que, hacedme caso, será fácil accionar con la palma al conducir “alegres”. Por aquí todo correcto hasta que, oh cielos, un cuadro de instrumentos digital… 

Ya sabéis que no soy muy fan de este tipo de cuadros. Considero que, siendo todo lo molones y modernos que queráis, envejecerán mal y además en este caso, es un horror mirarlo mientras le da el sol de frente. ¿Cumple? Por supuesto, pero a mí ponme uno de agujas.

En lo que a habitabilidad se refiere, el Mini Cabrio cuenta con 2+2 plazas (prácticamente testimoniales si el conductor mide más de 1,80), y gracias a todos los reglajes de volante y asiento, uno puede encontrar una posición de conducción similar a la de un BMW Serie 3, algo que es imposible en un Abarth 500, por ejemplo. Esta unidad no traía los asientos deportivos pero los de serie son igualmente cómodos y logran sujetar decentemente bien el cuerpo.

Quizás no tenga sentido hablar de tamaño de maletero en un cabrio pequeño, pero ahí os va el dato: 160 litros o hasta 215 sin el tope de la capota.

Maletero Mini Cooper Cabrio
Maletero Mini Cooper Cabrio

Características técnicas

Ahora sí, veamos qué ingredientes mueven al Mini Cooper Cabrio

El Cooper parte del propulsor tricilíndrico B38 de gasolina 1.5 de 136 CV y 220 Nm que comparte con el último BMW 118i. Con eso y el marcado carácter turbo del motor, le basta para ventilarse el 0-100 en 8,7 segundos y superar los 200 km/h de punta. Recordemos que tiene un peso de 1280kg en vacío, unos pocos más que su hermano cerrado, por cierto.

Está disponible con una caja manual de seis velocidades o una Steptronic de doble embrague y siete relaciones, como era nuestro caso. El funcionamiento de esta última es suave y eficaz, lo que esperas de una caja moderna con una mecatrónica tan pulida.


Motor Mini Cabrio
Motor Mini Cabrio

El consumo es correcto, no es el campeón de su categoría ni el más gastón. En un uso normal por vías rápidas será fácil mantenerse en el entorno de los seis litros, aunque a poco que nos pese el pie o encontremos algo de ciudad, veremos cómo sube peligrosamente hacia los 8-9l/100. Sea como fuere, creemos que no debería preocupar demasiado al propietario de un descapotable de “capricho”.

Por último, este Mini venía calzado con unas Hankook Ventus Prime S3 en medidas 195/55 R16, un neumático con un adecuado compromiso entre agarre y durabilidad, pero cuyas pretensiones deportivas son las mismas que las de ese amigo tuyo que siempre dice que se va a apuntar contigo al gimnasio.

Dinámica

Después de destripar el Cooper, toca ver cómo va y buscarle las cosquillas y qué mejor manera de hacerlo que a través de la Sierra de Tramontana, enlazando una curva tras otra.

Lo primero que llama la atención en el Cooper es el sonido del propulsor a cielo abierto. Es bien sabido que las versiones cabrio suelen sonar algo mejor que las cerradas para aportar un intangible extra que redondea la experiencia y en el Cooper, el silbido del turbo está siempre bien presente, ese “sutututu” de descarga, sutil y macarrilla a partes iguales.

Lo siguiente, el tacto de la dirección, que a pesar de ser eléctrica y transmitir más bien poco, tiene un peso correcto, lejos del tacto de volante cutre de Playstation de algún otro fabricante.

Conduciendo Mini Cooper Cabrio
Conduciendo Mini Cooper Cabrio

Todo esto se puede sentir sin mayores pretensiones deportivas, pero ¿Qué ocurre cuando activamos el modo Sport (el mini tiene disponibles Green, Normal y Sport), colocamos el cambio en secuencial y empezamos a querer jugar con él?

La conducción deportiva en el Cooper se afronta con una sonrisa y, después del imprescindible ritual de descapotar, todavía más. Teniendo presente que está un escalón por debajo del Cooper S y dos por debajo del John Cooper Works, sorprende su agilidad y la manera de entregar la potencia, con un buen escalonamiento de las marchas.

La secuencia está clara: mantener el motor vivo por encima de las 3500 vueltas, frenar con cierta contundencia y tirar el morro al vértice de la curva. El Cooper nos obsequia con unas reacciones vivas, muy poco subviraje y un feeling que invita a seguir coqueteando con sus capacidades. Volvemos a la carga una y otra vez y seguimos sorprendidos por la dinámica de este juguetito. Tanto es así, que para el 80% de la gente y en las carreteras que nos encontramos, no hace falta mucho más para divertirse al volante.

Mini Cooper Cabrio
Mini Cooper Cabrio

Sin embargo, si eres de ese restante 20%, querrás ir un paso más allá y quizás te acabe frustrando. Puede que las ruedas que montaba esta unidad ayuden, pero, llegado cierto punto, el Mini empieza a quejarse, sus ruedas chillan y en cada curva tomada con alegría, aparece un tanto intrusivo control de tracción para hacer las veces de mamá. Pisando a fondo a la salida de una curva, salta; ahuecando el gas a mitad de la curva para intentar recolocar la trasera, salta. Y en el mundo real, donde es mejor tener algo a no tener nada y más en el puerto de Coll dels Reis, no creo que fuera buena idea probar a desconectarlo. Abro paraguas.

Mini Cooper Cabrio
Mini Cooper Cabrio

Aun así, el Mini Cooper Cabrio encarna una deportividad honesta y agradable. No te sacará las vértebras ni te vaciará el depósito antes de salir de casa; te obsequiará con una conducción divertida y fácil a cielo abierto y comodidad cuando la necesites. Además, a estas alturas de la película, elegir un cabrio en 2021 está exento de muchos de los dolores de cabeza de las antiguas capotas de lona, sin perder nada de su encanto. 

Ojo, todo esto tiene un precio, desde 27.800€ para ser exactos y sin incluir algunos extras que montaba esta unidad (cambio automático, asientos calefactables, etc.)

Mini Cooper Cabrio y Abarth 595
Mini Cooper Cabrio y Abarth 595

¿Go-kart feeling sí o go-kart feeling no? Nos guardamos esa cuestión hasta que podamos compararlo con su bisabuelo. ¿Tú qué opinas?

Publicado el 
21/9/2021
 en
Pruebas de coches