Llegar a St. Moritz en febrero es como abrir un portal a una dimensión paralela. Una donde el invierno no es excusa para hibernar, sino el escenario perfecto para que el automovilismo más puro y bello cobre vida. Porque cuando uno llega aquí , pisa la explanada nevada del lago helado y ve cómo emergen, entre vapores helados, las siluetas de Ferraris, Bugattis o Porsches clásicos, entiende que The International Concours of Elegance of St. Moritz (THE ICE) no es un evento más, es una celebración del automovilismo y de la vida.

Así y desde hace apenas unos años, THE ICE ha logrado lo que parecía imposible: consolidarse como uno de los eventos más exclusivos y a la vez más auténticos del calendario automovilístico. Y podemos decir que, probablemente, 2025 ha sido su mejor edición hasta la fecha. No porque hayamos podido asistir, sino por lo vivido allí. Basta un recorrido por esta edición para que lo sepas.

Programa de THE ICE
Desarrollándose durante dos días (21 y 22 de febrero este año), el fin de semana comienza con una calma tensa. El primer día, viernes, es el de las verificaciones y la exposición estática. Para muchos, el mejor momento para apreciar cada línea, cada insignia y cada cicatriz de estos coches con pasado. Bajo la luz sacada de un cuento de los Alpes, no nos imaginamos una postal mejor.

Lo mejor: no hay cordones de seguridad ni vitrinas. Solo nieve y gente respetuosa. Te encuentras hablando con coleccionistas italianos, con periodistas japoneses o con un matrimonio alemán que ha traído su Bugatti Type 59 remolcado desde casa. A un metro, sin trampa ni cartón.

En paralelo, marcas como Pagani o Maserati hacen ruido con sus modelos actuales, que también comienzan a dar algunas vueltas por el lago, hasta con el mismísimo Horacio Pagani al mando de una de sus creaciones. Pero aquí, lo moderno es telonero, un aperitivo; los focos los acaparan los veteranos.

Unas copas de champán después, el fin de los veredictos del Concurso de Elegancia categoría por categoría y la fiesta se traslada al pueblo. Es la hora de seguir o ir a casa a descansar, porque el sábado viene igual de cargado.

Un sábado en el que el ambiente ya ha cambiado. Hace algo más frío, pero todo el mundo está más despierto porque los motores también lo están

En tandas de categoría, los coches empiezan a salir a pista. Y sí, decimos “pista”, aunque lo que pisan es un lago completamente helado que regala algún crujido. La acústica del lugar sobrecoge; no hay eco de montaña, pero sí una reverberación seca que potencia cada acelerón. Aquí los coches no corren como tal sino que danzan. Derrapan y se deslizan. Juegan y se la juegan de verdad.

Por suerte, los pilotos muestran una precisión increíble aun en monturas tan old school. Conducir aquí un monstruoso Bentley de preguerra debe ser lo más parecido a intentar operar a corazón abierto con una motosierra.

Pero lo que más sorprende de THE ICE es que los coches cobran un verdadero rol protagonista más allá de las piezas de museo. Aquí se reivindican como lo que fueron: máquinas de correr. Y lo hacen sin complejos, bajo cero y calzando clavos, regalando estampas difíciles de olvidar para todo aquel que tiene la suerte de contemplarlas. ¡Qué maravilla!

Un jurado, cinco categorías y muchas joyas
A pesar de todos los alicientes de The ICE, el concurso de elegancia no desaparece, aunque aquí se relega a una parte más del espectáculo. A tal fin, un jurado de expertos se encarga de evaluar y premiar a los mejores coches del evento según distintas categorías. Para la edición de 2025, han sido:
- Barchettas on the Lake:
- Como lanchas de carreras, pero en tierra. En esta edición el Ferrari 500 TRC de 1957 se llevó este premio con justicia.
- Open Wheels:
- Más bólidos de épocas doradas, incluyendo entreguerras. El Bugatti Type 59 fue el más admirado y no solo ganó en su categoría, sino que se llevó también el Best in Show.
- Concept & One-Offs:
- En el espacio reservado para prototipos y coches únicos, la elegancia se impuso a la innovación. Ganó el Alfa Romeo 6C 1750 GS Aprile de 1931, con un traje a medida.
- Icons on Wheels:
- Premiado, esta vez, el Ferrari 275 GTB propiedad de Horacio Pagani, un coche que resumía en sí mismo todo el espíritu de THE ICE, igual que su dueño, el Da Vinci argentino de la automoción.
- Racing Legends:
- Competencia atroz en los héroes de las carreras, que acabó llevándose el Porsche 908/03 de 1971; un monstruo del mundo de la resistencia en formato de bolsillo.

Además, el premio del público Hero Below Zero fue para el siempre hipnótico Lamborghini Miura SV, y el galardón al Espíritu de St. Moritz, para el Ferrari 250 GT SWB SEFAC de 1961, llegado desde los mismísimos EEUU.

Mucho más que un simple evento
THE ICE no se limita a exhibir coches. Todo se vive con una energía muy diferente a la de los eventos de primavera o verano. Aquí, el frío otorga aura. El sonido del metal sobre nieve, de los motores carburados sin filtros,... todo tiene algo especial.

No hay prisas, no hay empujones, no hay mal gusto (no demasiado). Solo aficionados auténticos, piel de gallina bajo las pieles de multitud de outfits comfy alpin y miradas que delatan la emoción. Y sobre todo, infinitas atracciones que van mucho más allá de los coches. Es un evento de élite en un lugar de élite, todo dicho. La pregunta obligada es, ¿merece la pena ir? Sí. Mil veces sí. Porque hay eventos para ver y eventos para vivir. THE ICE es de los segundos.

Si estás pensando en asistir en 2026, en Sexta Marcha te hemos preparado una guía con todo lo que necesitas: cómo llegar, cuánto cuesta, dónde dormir y cómo organizarte para vivirlo sin arruinarte. Te lo contamos todo en el siguiente artículo.
Vídeo en nuestro canal
Y si quieres verlo con tus propios ojos, no te pierdas nuestro vídeo del evento. Porque hay cosas que por mucho que las contemos… hay que escucharlas, olerlas y sentirlas.