Hace unas cuantas semanas empezábamos una serie de artículos en los que hablábamos de la saga Nissan Z, comenzando por los primeros 240Z, siguiendo con los 300ZX y finalizando con la llegada del nuevo milenio y los 350Z y 370Z. Ahora, con tan sólo por la denominación, ya parece que pueda ser el Z definitivo. Se barajó la posibilidad, al menos así se vislumbraba en los mentideros del motor, de denominarlo Nissan 400Z, algo que hubiese sido acorde con las anteriores sagas, que iban incrementando el número que acompañaba a la última consonante del abecedario, como reflejo de la superación del modelo anterior, y la entrada en una nueva etapa del modelo.

Nissan ha decidido cambiar de tercio, y denominarlo, sencilla y llanamente ‘Z’. Habrá quien piense que es una pérdida de esencia, la ruptura de una bonita tradición, que dotaba de empaque al modelo, ayudaba a situarlo en el tiempo, y habrá quien considere todo un acierto el alcanzar una sencilla denominación, prescindiendo de incómodos números. Es verdad que algo podía intuirse cuando en septiembre del pasado año se presentó el Proto Z.

Nissan 240 Z y Nissan Z

Este nuevo Nissan Z tiene una clara inspiración histórica, por así decirlo, trayendo a nuestra mente al 240Z, el origen de todo. Con las salvedades marcadas por las líneas estéticas futuristas, es cierto que las formas son realmente semejantes. Una trasera que se desmarca de las últimas líneas de los 350 y 370 sobre todo, y volviendo a esas ópticas traseras corridas y cuadradas, desterrando las formas angulosas, con severos cambios de dirección, que dibujaban caprichosas formas en la chapa. El diseño es limpio y sencillo, con una caída del pilar C menos acusadas, más suave. 

Nissan 240Z y Nissan Z
Nissan 240Z y Nissan Z

La delantera, aún con el guiño al 240 por la desaparición de una faro grande y vertical, y optando por unas ópticas más redondeadas y puras, sí tiene algún elemento que puede relacionarse con las generaciones inmediatamente anteriores. Llama la atención la potente y llamativa calandra central, muy cuadrada, en forma rectangular, y que es prácticamente la única ruptura de la limpieza de la vista delantera, que no presenta ningún otro detalle. Nos parece un acierto dotar de esta sencillez al Nissan, apostando por desterrar el estilo recargado tradicional del “pequeño” deportivo. No es que sea un acierto en sí mismo, es una apuesta, y eso es lo que aplaudimos desde aquí, el arrojo para romper lo establecido, y hacerlo con buen gusto y personalidad. 

Nissan Z
Nissan Z

El interior es, pues eso, un Nissan Z. El usuario que adquiere una unidad de Nissan Z no espera lujos, ni comodidades, porque es la parte menos apreciada de un coche que lo que busca es el disfrute de la conducción por encima del confort. Los tres relojes en el salpicadero son realmente un detalle especial, el volante sencillo y funcional también es de un gusto exquisito, y sobre todo, esa palanca manual con la que nos deleita Nissan. Desde aquí, nuestros agradecimientos, por no “contaminar” (entiéndase la expresión) un icónico modelo con cambios automáticos.

Nissan Z
Nissan Z

Aprovechando esta referencia al cambio ‒que también puede ser automático‒, hablamos de un motor V6 biturbo de 3.0 litros de cilindrada. Ninguna broma de motor. Desarrolla 400 CV a 6400 revoluciones, y entrega 475 NM de par, ya desde 1600 vueltas y hasta las 5600. Otro aspecto relevante, y mucho, que le coloca aún más la etiqueta de obra de arte con regusto añejo es el hecho de ser tracción trasera, en un mundo cada vez más dominado por la tracción delantera.

Nissan Z
Nissan Z

La mala noticia de este artículo y de la presentación de este Nissan Z es que, en prinicipio, no va a llegar a Europa, pues la marca japonesa no lo tiene en sus planes. Se comercializará a partir de 2022, en la primavera, en Estados Unidos, por un precio en torno a 40,000$; un precio, más o menos, en la línea de la competencia. Esta competencia podría ser los consabidos Toyota Supra (su histórico y acérrimo rival), el BMW Z4 (con el que se le compara a menudo, y con elementos del Supra también), y el Audi TT (otro pata negra del segmento).

Nissan Z

Conclusiones Saga Z. 

En definitiva, y con esta última versión ya presentada, a nadie escapa que estamos ante un vehículo que se torna histórico y de época por derecho propio. A lo largo de la exposición el lector habrá sido consciente de la pasión que despiertan en quien suscribe este automóvil, por eso estas conclusiones no van a ser más que una recopilación de lo ya dicho.

Las distintas generaciones han mantenido una línea de GT mixed deportivo, sin tener el 100% de ninguna de ambas pero con un equilibrio muy conseguido, siendo divertido y cómodo casi a partes iguales. El degustar dinámicamente confirmarán las buenas sensaciones de cada una de las versiones que hemos ido describiendo, desde un balanceante, noble y discreto 240Z a un directo, balsámico y obediente 370Z. Desde una perspectiva más estética, un aspecto fundamental en un coche con cierta impronta aspiracional, es un diseño atrevido –aunque este adjetivo cambia según la versión–, que llama la atención cuando esperas un paso de cebra, que se disfruta desde dentro del habitáculo, y que es ponible para el día a día, aunque tampoco podría calificarse de elegante, sí de smart en cierto modo.

Nissan Z
Nissan Z

En el apartado mecánico, en esto sí hay unanimidad en casi todas las versiones, siendo un coche ciertamente dócil hasta que provocas que saque toda la potencia y rabia que han escondido sus capós, radicalizándose quizás esta cara potente en las últimas generaciones más que en las primeras, pero nunca subiendo escalones en prestaciones, manteniéndose siempre en ese segmento de coche con desempeño comedido pero descarado.

Desde luego, no nos hemos cansado de repetir el incuestionable y evidente sabor japonés, auténtica y genuinamente nipón que desprende este coche.

Siéntate a los mandos, relaja los hombros, acciona levemente el acelerador, y déjate llevar. Es el mejor consejo que puede dejarse sobre esta saga, extensible a cualquiera de sus generaciones.
Saga Z
Saga Z


Publicado el 
20/9/2021
 en
Historias