Describámoslo en dos palabras: Espíritu deportivo. Esa es la definición más escueta y que mejor encaja con el GT86. Es un coche realmente pensado para hacer disfrutar al que lo conduce, sin medias tintas. Dos características de motor y de configuración. Respecto del motor, es de los de antes: gasolina, atmosférico, bóxer; y en relación con la configuración, de las que ya poco se ven: ligero, peso contenido, compacto.

Vamos a comenzar por el principio, por el nombre, una vez hemos destacado, con grandes trazos, sus principales virtudes, a través de sencillos adjetivos que nos ponen en contexto, y frente a un gran coche, pese a su tamaño. El GT86 debe su nombre a dos mitos de la marca nipona. Por un lado, las dos letras ‘GT’ se relacionan con el mítico 2000GT, un coche que marcó una época en la década de los 60. Y en segundo lugar, los números ‘86’ debe su presencia al Corolla AE86, otra maravilla de Toyota de los años 80. El número 86 va más allá, eso sí, ya que hay diversas referencias mecánicas al mismo. El diámetro y carrera de los cilindros era 86 milímetros.

Toyota Corolla Sprinter Trueno AE86
Toyota Corolla Sprinter Trueno AE86

El germen de su denominación es el que acabamos de comentar, y resulta ciertamente curioso. Pero su origen como concepto, su origen doctrinal, es también un elemento curioso de este curioso vehículo. En un proyecto de desarrollo común, Subaru y Toyota, desarrollaron una plataforma y una carrocería para dar nacimiento a los GT86 y al BRZ, respectivamente. Sin embargo, lo resumido sencillamente en esta frase, conllevó un complejo proceso de colaboración entre dos de las firmas más conservadoras del mercado nipón. El ingeniero japonés Tetsuya Tada, creador de varios de los mejores deportivos de Toyota a pesar de su condición de ingeniero de monovolúmenes principalmente, como el Supra y el propio GT86, tuvo la genial idea desde su punto de vista de crear un deportivo relativamente deportivo, relativamente asequible y relativamente prestacional. En el seno de Toyota, lógicamente, la idea, de primeras, no cayó precisamente en gracia.

Toyota GT-86 Concepto
Toyota GT-86 Concepto

Su nacimiento

El descendiente del apellidado Toyota fundador de la marca, Akiyo Toyota rechazó esa idea, por considerar que Toyota estaba posicionada como una marca de coches útiles, prácticos y pragmáticos en extremo, y producir un deportivo era renunciar un poco a esa línea, al tiempo que era una apuesta arriesgada, pues igual carecía de interés en el mercado. No obstante, ante la insistencia y la genial idea que le presentaba Tada, al final, desde Toyota se aceptó echar a andar el proyecto en torno al año 2007.

Toyota GT86
Toyota GT86

Superado el escollo de convencer a la dirección, Tada tenía la percepción de que un coche compacto y en principio poco potente por ser asequible, necesitaría equiparse con un motor bóxer tetracilíndrico. Toyota no contaba con este tipo de motor en su cartera, por lo que hubo de ingeniárselas para conseguir uno. Y la solución la encontró en casa, en la recién adquirida Subaru. Esta casa solía equipar a sus deportivos con motores turboalimentados por norma general, y no concebían un deportivo con motor bóxer. Tada consiguió convencerles de que funcionaba a base del montaje de este motor en un Subaru Legacy, demostrando que funcionaba a las mil maravillas. Otro problema se derivó del sistema de inyección, que acabó solucionándose aplicando el sistema D4S de la propia Toyota.

Motor utilizado en el GT86
Motor utilizado en el GT86

El problema ya no era mecánico, ahora era industrial, o político si se prefiere, y es que Toyota no quería hacer partícipe a Subaru de su nuevo sistema de inyección combinado entre directa e indirecta, ni tampoco Subaru confiaba demasiado en la inyección directa, por cierto. Los jefazos de Toyota acabaron por consentir el compartir la información, y Subaru, una compañía más pequeña pero con mucha fuerza, aceptó el nuevo sistema para los nuevos coches, con la condición de que las garantías derivadas de este sistema las cubriría íntegramente Toyota, independientemente de que sobre el capó figurase el emblema de la T plateada o el símbolo de las estrellas en sobre fondo azul.

Subaru BRZ vs Toyota GT86: Sus diferencias

El resultado no pudo ser mejor para ambas compañías, aunque fue Toyota quien más unidades colocó en el mercado, pues se producía en relación de un BRZ por cada diez GT86. Estética y en apariencia son iguales, y son pequeños detalles los que nos permiten diferenciarlos, estando casi todos ellos en la zona frontal. Las ópticas difieren en que el Subaru presenta los intermitentes más marcados y ovalado y con color más anaranjado, mientras Toyota opta por unas luces algo más oscuras y todo en tonos blancos, con bombillas de intermitentes incrustados junto a antinieblas, y no en el propio faro como hace Subaru. El paragolpes es totalmente distintos, dotando Toyota de más agresividad a su modelo, y Subaru tiene una entrada de aire más grande pero menos racing, menos aero, y el diseño de los antinieblas de Subaru es menos limpio que en Toyota, con más plásticos y embellecedores rayados. En el resto del coche, la entrada de aire de las aletas delanteras aparecen más visibles en Subaru y totalmente disimuladas en Toyota, cambiando la estética lateral más limpia en Toyota y más sofisticada en Subaru. Hay cambios interiores también, como molduras de salpicadero, sistemas de infoentretenimiento (ambos muy sencillos, dada la edad de ambos modelos), y sobre todo, en el cuadro de mandos, que son opuestos en fuente y fondo, pero iguales en distribución.

Toyota GT86
Toyota GT86

Esta reseña sobre sus diferencias con el Subaru nos parecía procedente, aunque es cierto que pocos BRZ se ven por carreteras españolas, donde los GT86 han tenido mucho más aceptación, en parte por la posición de la marca en nuestro país, y en gran medida porque la producción de Toyota ha sido mucho mayor, como decíamos en proporción diez a uno.

La inspiración de su estética

Desde un punto de vista algo más subjetivo, tiene algo de animal marino, con una figura estilizada, que da la impresión de ser ligero, de moverse rápido, con movimientos eléctricos. Esa trasera parece un pequeño pez con poca cola, y la delantera evoca a algún tipo de animal marino igualmente. En los mares del Japón es conocida y famosa la pesca, en especial, de salmones y truchas, y por eso, no es de extrañar que la relación de este coche con el mundo marítimo sea tan directa, tanto a nivel conceptual en comportamiento, como a nivel de diseño, en sus formas. Quizás sea solamente una percepción nuestra.

Toyota GT86
Toyota GT86

Un coche puro de sensaciones agradables

Pero vayamos con las sensaciones que genera este Toyota GT86, y para ello, antes hay que poner sobre la mesa ante qué vehículo nos encontramos. No es un súperdeportivo con súper prestaciones, sino que es más bien un coche con un motor gracioso, con buena relación peso-potencia, una buena carrocería, un divertido cambio manual de seis relaciones, un bueno juego de frenos Brembo y una correcta aerodinámica. Ello hace que conducirlo sea seductor, sea un rato agradable, y consista en explorar unos límites de adherencia que se encuentran pronto y rápido. Se encuentra animado por un motor atmosférico (gracias, Toyota), con cuatro cilindros, de 2.0 litros de cubicaje, que desarrolla 200 CV de potencia, y 205 Nm. En un día con piso mojado, como fue el caso, aún con las Michelin Pilot Sport, el coche encuentra rápido las derrapadas, aunque la falta de potencia le hace no salir suficientemente rápido y reactivo de las curvas como nos gustaría. Sin embargo, esa ligereza, el juego de inercias, que cambian rápidamente de un costado a otro, hace que sea delicioso pilotarlo.

Toyota GT86
Toyota GT86

Es un coche que transmite nervio, que es capaz de hacerte sonreír, si bien, no por aceleración, ni por fuerza bruta, sí por comportamiento dinámico, por ligereza. Cuando pones la vista en el cuentarrevoluciones, no aprecias que la aguja suba como un misil, pero el bóxer atmosférico sí que da y pide guerra cuando pasa de 4000 vueltas, y nos invita a llevarlo a por encima de las 6000 revoluciones, para disfrutar su sonido, sus prestaciones y exprimir esos 200 CV. Es cierto que por debajo de estos rangos de revoluciones, el GT86 no es especialmente divertido, porque el escaso par motor no hace que en bajas responda rápido, por lo que para degustarlo, hay que subirle de vueltas, hay que dejar que la aguja fluctúe en la parte alta, es decir, llevarlo alegre, en palabras más llanas.

Toyota GT86
Toyota GT86

Uno de los más grandes tenistas japoneses, Kei Nishikori, que ha sido top 10 del ránking ATP durante no pocos años, y aún en activo, nos va a servir como figura para establecer un paralelismo del comportamiento del coche con el de la bola de un partido de tenis. Tiene un comportamiento motor comparable a deportes de raqueta, que sólo son divertidos si la velocidad de bola es lo suficientemente alta como para no tener que andar haciendo mucha fuerza en cada golpeo, y vas retroalimentándote de una bola que llega con peso y con velocidad. Precisamente ahí, en ese punto de rapidez está la grandeza del GT86, y es cuando se puede sentir su espíritu deportivo y caprichoso. Es caprichoso porque penaliza mucho el bajarlo de vueltas, y el funcionamiento del acelerador hay que conocerlo, para evitar que pierda fuelle, porque es algo indescifrable, aunque muy agradecido cuando se le coge el tacto. A pesar de todo, es bastante noble, porque en el fondo, no deja de ser un Toyota (o un Subaru), y se caracterizan por la fiabilidad y por el buen desempeño. Porque al tiempo que resulta divertido, también es seguro, noble, como decimos, porque si nos equivocamos a la salida de la curva y aceleremos pronto, habrá viraje de la zona trasera, pero siempre controlable.

Toyota GT86

En los tramos de curvas es muy gustoso ver cómo las enlaza con una facilidad pasmosa, y trayendo de nuevo al bueno de Kei Nishikori, es capaz de dar reveses y derechas armando el brazo en pocos segundos mientras las “pulsaciones” se mantengan altas. No tiene un saque potente, como hemos dicho, pero es capaz de jugar a niveles muy altos si la bola va fuerte, como le pasa a este GT86. Y cuando el partido se calienta, cuando llegan los momentos importantes, Kei siempre responde, y este GT86, en el modo ‘VSC Sport’ responde, y vaya si lo hace.

Toyota GT86
Toyota GT86

La tracción trasera se vuelve menos permisiva con los errores y más proclive al derrapaje, con respuestas y frenadas más directas e inmediatas, gracias a un buen trabajo de Toyota. No es un coche silencioso, porque el sonido en el habitáculo es alto, con una insonorización no muy elevada, algo que también se ve aumentado por el sonido del motor, más acusado en ese modo ‘sport’ del que hablábamos, pero que hace que nos metamos de lleno en la conducción. Realmente no es un coche pensado para hacer kilometradas maratonianas por autovías, sino que es más bien un coche de recreo, uno de esos de sacar los fines de semana. No quiere decir que no sea usable en el día, ya que, por proporciones, por consumo y por practicidad, es más que apto para cualquier uso.

Aparición en el dibujo animado

El subtítulo del documento hablaba de un coche con alma de actor, y vamos a dejar para el final la explicación del mismo. Si eres un aficionado al motor, y te gusta el país del sol naciente, y te apasiona el manga, quizás hayas, al menos, escuchado hablar de ‘Initial D’. Se trata de una serie manga, ambientada en los años 90, que gira en torno a carreras callejeras, y cuyo protagonista conducía un Toyota AE86, el predecesor del actual GT86. Aquella serie tocó su fin, sin embargo, su creador, que responde al nombre de Shuichi Shigeno, creó y lanzó en 2018 otra segunda parte que se extiende hasta 2020, llamada ahora ‘MF Ghost’, en la que el protagonista ahora se sitúa a los mandos de un coche que es casi en todo igual a un GT86.

Initial D
Initial D

Este detalle nos da una idea del poder de convocatoria, de la pasión, de la entrega de los japoneses con los coches, en general, y con Toyota, en particular. La visión de Toyota como embajadora de la marca en todo el mundo hace que sea una firma apreciada, con excelente consideración, respaldada por un asumido carácter patriótico. Como vemos estas buenas fotos del GT86 no son casualidad, pues se siente cómodo delante de un objetivo, delante de los flashes y no se corta en escenarios de ensueño.

MF Ghost - Toyota GT86
MF Ghost - Toyota GT86

Así pues, con esto damos fin a esta pequeña nota sobre el Toyota 86GT, esperando que haya quedado en vuestra retina la misma imagen que tenemos nosotros: un modelo genuino, auténtico, divertido, atractivo, y que se gusta ante las cámaras.

Publicado el 
23/6/2021
 en
Coche de la semana