El Aventador, el último toro animado por un V12 atmosférico sin electrificar, se despide con el Ultimae; una tirada limitada de 600 unidades (350 coupé y 250 roadster) con una estética específica y la potencia aumentada hasta los 780 caballos. Para conmemorar este hito -que nos produce cierta tristeza-, Lamborghini ha querido darle al Aventador un fin de fiesta que mira hacia el futuro, abraza el metaverso y, por qué no decirlo, sirve para dar lustre a la cuenta de resultados de la empresa.
De esas 600 unidades del Aventador LP780-4 Ultimae, la última unidad producida fue objeto de una subasta peculiar que aparejaba el coche físico con un NFT (hablamos en este artículo del Alfa Romeo Tonale sobre los NFT). Así, el último Aventador, el último Ultimae, valga la redundancia, tenía su representación en el metaverso (sin apenas detalles técnicos) en una colaboración de Lamborghini, INVNT Group y los artistas Steve Aoki y Krista Kim.
La subasta se cerró a través de RM Sotheby's el 21 de abril y la puja ganadora se hizo con el codiciado NFT que, más allá de la cinemática en un paraje marciano con la band sonora de Steve Aoki y la representación digital del coche, concedía lo siguiente:
- Preview en exclusiva de los nuevos lanzamientos de modelos especiales de la firma.
- Tour privado por el museo de Sant'Ágata.
- Meeting online con los impulsores y creadores del proyecto como Krista Kim o Aoki.
- Invitaciones a eventos Lamborghini y un largo etcétera...
Pero la parte fundamental era el activo físico que se correspondía con el NFT, un Aventador Ultimae con una configuración especial en un gradiente azul, marca de la casa de Krista Kim y un interior a medida con detalles conmemorativos y exclusivos. El último de una larga estirpe de V12s atmosféricos que será entregado en septiembre al comprador que dejó 1.603.125 dólares por todo esto.
Lamentablemente, no habrá fiesta por todo lo alto como prometía Lamborghini si se superaban los 5 millones (el primer Tesla Model Y de Berlín la tuvo por mucho menos), pero es más fácil desquitarse en un superdeportivo exclusivo capaz de alcanzar los 355 km/h y batir el 0-100 en 2'8 segundos.
Mientras los meros mortales nos conformamos con las sensaciones menos corpóreas del metaverso, ¿adquiriríais un coche de esta forma?
