Recuerdo desbloqueado: Mercedes SLR Stirling Moss

Corría el año 2009 y Mercedes seguía intentando explotar su colaboración con Mclaren, de la que surgió el ya mítico SLR y sus diferentes versiones (Roadster, 722, 722S...). A pesar de lo espectacular de su planteamiento, nunca cuajó; quizás por ser demasiado pesado, quizás por ser demasiado caro para lo que ofrecía.

Después de unas 1700 unidades producidas ese mismo año cesó la producción del SLR y ya no volvimos a ver ningún coche de la marca de la estrella salir de las instalaciones de Woking. Sin embargo, las últimas 75 fueron un tanto especiales y hemos decidido recuperar su historia. Damas y caballeros, démosle la bienvenida al SLR Stirling Moss, la última barchetta de Mercedes.

Mercedes SLR Stirling Moss- Frontal

El SLR Stirling Moss (Z199) surgió como el homenaje definitivo a la gesta de Sir Stirling Moss, piloto excepcional y rey sin corona (al menos en la F1) que, desgraciadamente, nos abandonó el año pasado.

En 1955, en una de esas gestas del automovilismo que aun consiguen erizarnos el vello, consiguió, junto a su copiloto Denis Jenkinson, un récord de diez horas y siete minutos en la Mille Miglia que nadie pudo volver a superar.

Con su SLR (dorsal 722), Moss promedió unos 160 km/h de media a través de las carreteras italianas de la época en una actuación que ya forma parte de la historia. Fe en dios e ferro a fondo que dirían los gallegos.

SLR (W196S) de Stirling Moss original, con el dorsal 722

La reinterpretación moderna del primer SLR (W196S) adoptaba la base del SLR 722 S Roadster y, emulando a aquel, prescindía de ciertos lujos innecesarios como la radio, el navegador y hasta el parabrisas.

Construido casi a su imagen y semejanza, el Stirling Moss también contaba con generosas salidas de escape a ambos lados de las aletas delanteras o la doble joroba tras los reposacabezas.

Vista 3/4 trasera del SLR Stirling Moss

En pleno siglo XXI, ciertos detalles tuvieron que reinventarse. Atrás quedaron los míticos asientos de tartán, los complejos procedimientos de arranque o el ocho cilindros en línea y 3000cc derivado de los F1 de los años 50. Tampoco hubo cambio manual, ni peso inferior a la tonelada ni pedigrí de carreras. A cambio, Mercedes ofrecía la última tecnología, dispuesta a llevar al SLR actual a unas cotas de deportividad -y exclusividad a partes iguales- dignas del mito.

El SLR Stirling Moss contaba, más allá de una dramática apertura de puerta y una silueta tremendamente afilada, con argumentos de peso como el uso masivo de fibra de carbono, aerodinámica activa y un V8 sobrealimentado de 5,5 litros en posición central delantera, dispuesto a arrugar el asfalto con 650 CV y 820 Nm todo atrás. Batía el 0-100 en 3,5 segundos mientras el viento podía seguir pegando en tu cara con más y más fuerza hasta los 350 km/h.

Apertura de puertas en el SLR Stirling Moss

A pesar de que semejante caudal de par motor tenía que gobernarse por una caja automática Speedshift de solo 5 velocidades y de los 1550kg de este modelo versus los 860 del original, sus 75 afortunados y acaudalados propietarios tuvieron la suerte de sentir algo parecido a lo que Sir Moss disfrutaba en los peligrosos y maravillosos 50. Si es que alguna de estas unidades fueron debidamente conducidas alguna vez...

Interior SLR Stirling Moss

Hoy día una flecha plateada como el SLR Stirling Moss cuesta la friolera de unos 3 millones de euros, migajas comparado al valor que podría alcanzar una de las seis unidades del SLR original, considerado uno de los coches más valiosos del mundo.

Al fin y al cabo, el SLR Stirling Moss "solo" es el concept neorretro edición especial y conmemorativo de aquella victoria de 1955, con un bólido puro y loco de dorsal 722. Moss simplemente dejó su firma en este, pero no escribió su leyenda.

A pesar de tratarse de una barchetta con la que soñamos los nacidos en los 90 y 2000 y de prestaciones apabullantes, no deja de ser una especie de caricatura del coche de carreras, con forma pero carente de fondo. Todo un capricho para guardar que no gozará del calor de los grandes premios.

Saga Mercedes SLR

No nos malinterpretéis, es un hypercar por derecho, pero la épica no la puede fabricar ni el mejor equipo de ingenieros. Vosotros, ¿con cuál os quedáis? ¿La pureza del original o el brillo del sucesor emocional?

Publicado el 
6/12/2021
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Coche de la semana