Admitámoslo, después de haber visto absolutos precios de derribo en deportivos de toda clase, algo nos acongoja el corazón al ver la realidad del mercado presente. Donde lo aspiracional, lo especial y lo divertido se ha vuelto cada vez más valorado y escaso, aun existen ciertas alternativas a los deportivos “fondo de armario” que todos tenemos en la cabeza. En Sexta Marcha nos hemos prometido hacéroslos llegar y aquí va la retroprueba del Mercedes SLK 350 (R171).

Mercedes-Benz SLK 350 R171
Mercedes-Benz SLK

La segunda generación del Mercedes SLK fue un gran salto adelante en muchos aspectos. En primer lugar, se abandonaba un diseño muy conservador, propio de los Mercedes de finales del siglo XX y se abogaba a su vez por unas formas más afiladas y una línea fluida. Así, esta generación R171 goza en sus apenas 4089mm de largo de un aspecto elegante y deportivo como pocos, una suerte de baby SLR (salvando mucho las distancias).

Mercedes SLK vista lateral
Mercedes SLK R171

Manteniendo el techo duro plegable, seña del primer SLK (R170), pero con mejor factura y ajustes, este nuevo modelo gozaba de un interior más agradecido al paso del tiempo, mayor rigidez torsional, una pisada más evolucionada y madura y, en definitiva, un conjunto más redondo que la pionera generación precedente. Si uno ve un coche frente a otro, parece que pasaron más de 7 años entre ambas generaciones.

Frontal Mercedes SLK R171
Faros de xenón de serie para el SLK R171

Dentro de un rango de motorizaciones iniciado en un SLK 200 bastante descafeinado y con el tope en la locura absoluta del SLK 55 AMG y su V8, este Mercedes SLK 350 que hemos probado representa un sensato compromiso entre rendimiento, usabilidad y cotización. Con un V6 de 3.5 litros vieja escuela, atmosférico y de inyección indirecta y la suficiente potencia enviada solo al eje trasero, la receta del descapotable biplaza parece estar completa. Porque con 272 CV a 6000 vueltas (a partir de 2008 subió a 306) y 350 Nm entre 2400 y 5000, este SLK se siente con argumentos para reclamar cierta deportividad, ya sea con la caja manual de seis marchas o la opcional 7G-tronic de convertidor de par.

Insignia Mercedes SLK 350 R171
Cuando las denominaciones de Mercedes se correspondían con el cubicaje

Así las cosas, tenemos ante nosotros un roadster capaz de batir el 0-100 por debajo de seis segundos, alcanzar los 250 km/h y con la suficiente modernidad para afrontar largos viajes sin demasiadas concesiones. Un depósito de 70 litros y un maletero de 300 litros (208 con el techo plegado) garantiza, además, la practicidad necesaria. Sin embargo, como la compra de un coche así va más allá de la lógica y de su uso como medio de transporte, veamos cómo luce este SLK y sobre todo, cómo se conduce.

Frontal Mercedes SLK R171
Frontal SLK R171

Aunque esta unidad probada posee una configuración donde prima la sutil elegancia, sobre todo en este Firemist Red Metallic y el cuero beige, el R171 ofrecía en opción un paquete AMG para acercar su estética a la del SLK 55; ambos enfoques igualmente atractivos. Ese morro ultra afilado y la disposición típica de capó largo y habitáculo retrasado casi hasta el eje trasero, es una visión maravillosa, donde el techo duro se acopla a la perfección sin parecer un "pegote" de chapa como en otros cabrios. Dos salidas de escape, de serie en todos los SLK de segunda generación -y en el 350 cromada-, rematan una trasera con cierto músculo y ligeramente elevada que ayuda a acuñar el coche.

Trasera Mercedes SLK 350 R171
Trasera Mercedes SLK 350

En el interior continúan las buenas sensaciones, unos asientos cómodos y realmente bonitos -no agarran demasiado- que tenían no solo la opción de ser eléctricos y calefactados, sino donde Mercedes incluyó su Airscarf para insuflar aire caliente en la zona del cuello y que es un extra a buscar muy recomendable para descapotar en los días soleados de invierno. Paneles y tapizados se encuentran a un nivel muy alto, encontrando cuero de buena calidad y plásticos blandos incluso en zonas alejadas de la vista, algo que marca la diferencia a nivel de crujidos y grillos en un coche sin techo, más aun según pasan los años.

Asientos Mercedes SLK R171
Asientos Mercedes SLK R171

No conviene descuidar la climatización en un descapotable si eres de esos que gusta de ir siempre que pueda a cielo abierto y en ese sentido, el SLK no defrauda. Probando el coche al mediodía y por encima de 25º (no lo hagáis), el climatizador enfría lo suficiente para que, en conjunción con el deflector de viento y unas ventanillas subidas, no sientas demasiado el azote del calor (y con el frío sucede lo mismo).

Interior Mercedes SLK 350 R171
Interior del SLK R171

Después del vistazo exterior e interior, giras la llave y despierta un V6 de una manera educada y fina, algo que ya deja entrever sus maneras. Este 350 gira suave y, en condiciones normales, regala una conducción cómoda y silenciosa que seguro hará las delicias de los más discretos. Sorprende una dirección excesivamente dura a baja velocidad (me recuerda al Serie 3 E90) y, esto para bien, el funcionamiento del cambio automático 7G.

Puesto de conducción Mercedes SLK 350 R171
Puesto de conducción del SLK

De primeras, el R171 se nota bastante rígido (mucho más que mi Z3) y aplomado, algo que rápidamente se confirma cuando llegan las primeras curvas. No sientes de una manera exagerada cómo el chasis quiere retorcerse y además, gira con poco balanceo. El tren de rodaje deportivo opcional que, entre otras cosas endurece y rebaja la altura de marcha, es un extra recomendable en estas lides.

Mercedes SLK R171 red

El SLK es dócil y menos reactivo que alguno de sus rivales de la época pero se siente ágil enlazando curvas. Además, basta hundir el pie a la salida de ellas, escuchar la melodía del V6 por encima de 5000 vueltas para hacer que todo merezca la pena. Y si te ves demasiado emocionado con el gas, unos frenos más que correctos con pinzas de cuatro pistones y discos ventilados y perforados delante, de tacto de pedal duro y dosificable, te aseguran la entrada en la siguiente curva a una velocidad adecuada.

Frenos Mercedes SLK 350
Detalle de los frenos del SLK 350

Después de un buen rato con el SLK, de abandonar el tramo de curvas y salir a vías rápidas, vuelvo a notar esa estabilidad incluso a velocidades más altas. Es de esos coches donde resulta fácil mantener ritmos elevados y como descapotable, cumple sobradamente en el maldito asunto del ruido del viento. Con el techo cerrado, crujidos esporádicos aparte, se amplifica aun más esa impresión de suavidad y es imperativo mirar a menudo el velocímetro -la entrega ultra lineal del propulsor ayuda-.

Mercedes SLK 350 R171
SLK 350

Con todo, el SLK es quizás la cara más Gran Turismo de la mítica terna de roadsters premium (SLK, Z4, Boxster). No es un deportivo puro y duro al que provocar su trasera a la salida de cada curva (tampoco lo pretende) y no tiene el mejor feeling al volante. En cambio, corre, se sujeta bien, es cómodo, es "práctico" y encima, está bien hecho y es fiable. Es un conjunto equilibrado en un envoltorio que, casi 20 años después de su lanzamiento, sigue luciendo espectacular y que regala una experiencia de conducción no turboalimentada que cada vez se cotiza a mayor precio.

Teniendo unidades en el mercado entre 10000 y 15000€ de este descapotable biplaza, lejos del Porsche Boxster 987 y por debajo también del BMW Z4 3.0si (de los que apenas hay a la venta), este Mercedes SLK 350 es, sin duda, una opción a tener en cuenta si estáis buscando un buen roadster y futuro youngtimer.

Publicado el 
9/6/2022
 en
Retropruebas