Tenemos que viajar a principios de los noventa, cuando Lexus, una marca recién llegada al mercado, establecía un carácter claro: Coches premium, precios populares, una estrategia para ocupar ese nicho de su empresa matriz, Toyota.
Durante los primeros años, Lexus llenó el mercado de berlinas de tamaño medio y grandes, como el Lexus LS 400, un éxito en ventas en Estados Unidos, que hizo temblar a las marcas europeas que, hasta la fecha, dominaban el mercado.
Pese a ese éxito, Lexus sabía perfectamente que necesitaba presentar un producto Halo, un coche que actuase como insignia, y que atrajese a un público más joven, por lo que presentaron el Lexus SC300 y el Lexus SC400, con motores de seis cilindros y ocho respectivamente, que buscaba ser un coche coupé, sin grandes excentricidades en cuanto a diseño, pero que cumpliese a la perfección el perfil de coche comekilómetros con estética atractiva, como lo podía ser en aquel momento el Mercedes-Benz SL R129.
Llega el nuevo SC
Lexus sabía perfectamente que sería difícil seguir compitiendo con un Coupé, en un mercado premium que busca un coche lujoso, con las versiones descapotables en tendencia alcista.
Para solucionar eso, Lexus presenta el sucesor de la primera generación de los SC, en el Salón del Automóvil de Nueva York, en el año 2000, con un concepto versátil: El techo duro retráctil, que ya comenzaban a popularizarse como un elemento bastante práctico en el segmento.
Sobre el papel, el Lexus SC430 parece un deportivo: Motor V8 de gran cilindrada y con gran potencia, biplaza y descapotable, pero la realidad era otra, Lexus buscaba el máximo lujo en cuanto a confort, tanto en rodadura como en calidad de construcción, lo que lo convertía en un gran coupé de alta gama.
El Lexus SC430 se introducía en un terreno pantanoso en cuanto a concepción, y competía con un mercado europeo mucho más evolucionado que presentaba ofertas muy atractivas dependiendo de lo que buscabas: En caso de confort absoluto, Mercedes-Benz presentaba la nueva generación del SL (R230), como un coche completamente nuevo y bastante revolucionario, y si buscabas deportividad, el Lexus SC430 simplemente no podía competir con el Porsche 911 por dinámica ni por historia.
Por lo tanto, desafortunadamente el Lexus quedaba a un lado, como una alternativa más económica, casi más veces relacionado con competir con la -de aquella- nueva representación del Ford Thunderbird, que presentaba aspectos similares en cuanto a concepto.
Pero… ¿El Lexus SC430 es un mal coche?
A pesar de tener poco protagonismo fuera de las fronteras de Estados Unidos, en absoluto. El Lexus SC430 fue -y sigue siendo- un coche del que prácticamente todo el mundo que lo tuvo habla bien, y no por casualidad.
El Lexus SC430 era más barato que sus competidores europeos más exóticos, pero también era uno de esos coches con los que es fácil vivir, dando así muchas satisfacciones a los dueños. Primero de todo, tiene una calidad de construcción indudable, unos acabados a la altura y que perduran en el tiempo de manera excelente.
Y es que encima de todo, era un coche extremadamente fiable, que se puede utilizar a diario sin preocupación de que algo se rompa, y con mantenimiento económicos.
El final del Lexus SC430
A pesar de todas las cosas positivas del modelo, sus ventas no fueron excelentes. Entre los años 2001 y 2010, se vendieron un total de 72.000 unidades, la mayoría de ellas vendidas en Estados Unidos, y casi más de la mitad del total, vendidas en los primeros 3 años de producción.
Finalmente, en 2010 se cesó la producción del modelo, debido al envejecimiento del modelo, lo que provocó una caída en ventas exponencial con el paso de los años.
En España se podría considerar un fracaso comercial, muy lejos de la competencia más cara que mencionamos antes, el 911 Carrera y el SL, que se vendieron mucho más a pesar de tener un precio más alto.
El Lexus SC430 en 2023
A día de hoy, el Lexus SC430 puede ser una alternativa excelente como segundo coche o incluso como único si haces pocos kilómetros. Sigue siendo un coche de lujo, con buenísimos acabados y con un precio atractivo en el mercado de segunda mano para lo raro que es, pudiendo encontrar un mercado escaso, con precios que varían desde los 8.000€ hasta los 20.000€ en unidades con poquísimos kilómetros.