Hace cosa de un año pudimos probar en Sexta Marcha el Ford Mustang Mach-E, algo que podéis leer aquí, en su variante de dos motores y batería de gran capacidad. Decíamos que el Mach-E aportaba un dinamismo extra en su segmento, que bebía, en cierto modo, de su herencia del logo del caballo y que, viendo sus mimbres, estábamos deseando ver de qué era capaz el Mustang más moderno y práctico de la historia con gran dosis de picante.
Así, nuestras plegarias fueron escuchadas y, tiempo después, ya tenemos por aquí el eléctrico más potente de Ford (por ahora), que viene con el sello de Ford Performance. Un Mustang Mach-E más potente, más afilado y más capaz para liderar la manada: el Spirit a pilas de nuestro tiempo.
Características
El Ford Mustang Mach-E GT pone sobre la mesa un esquema similar al de aquel primer Mach-E que pasó por aquí, pero aderezado para entregar de sus dos motores eléctricos 487 CV y 860 Nm. Ahora acelera de 0-100 km/h en tan solo 3,7 segundos y la velocidad máxima sube ligeramente, hasta los 200 km/h, limitada de manera súbita como en la mayoría de eléctricos.
El consiguiente peaje sobre la autonomía no es tan acusado como pudierais pensar, pasando de 540 km en WLTP para la versión con dos motores y batería de 99kWh a 490 km; una merma que se paga con gusto cuando el incremento de potencia es tan notable. Sobre la realidad de esto y de sus consumos hablaremos más tarde.
Más allá del obvio salto prestacional, el Mach-E GT añade multitud de pequeños cambios en su búsqueda de la deportividad; una larga lista de elementos en pro de mayor conexión con el asfalto.
Se vale de una suspensión adaptativa MagnaRide que busca controlar los movimientos de la carrocería sin perjudicar el confort a pesar de reducir su altura libre al suelo; acopla sobre las pinzas Brembo (de 4 pistones en el eje delantero) discos de mayor tamaño (385 y 335mm); llantas más grandes con ruedas de menor perfil; estabilizadoras más gruesas…
En definitiva, no queda mucho de la propuesta deportiva suavizada de aquel Mach-E que trajimos hace un año; ahora estamos ante un muscle car eléctrico que se ha puesto serio, tanto por dentro como por fuera.
Así, esta versión GT también se diferencia en lo estético. Añade pasos de rueda pintados en el color de la carrocería -con colores específicos como este grabber blue-, paragolpes delantero más agresivo, pinzas de freno con el logo de Bremo, las llantas específicas de 20”… Y rematando el conjunto, sustituye el caballo del maletero por la insignia GT.
Vida a bordo
Si desde fuera el Mach-E GT es una presencia atrayente, no lo es menos una vez abrimos la puerta. Con los semibuckets de Ford Performance de formas extrañas aunque tremendamente cómodos -hay un mundo entre estos y los del modelo de serie-, el interior del GT ya gana en diferenciación. Una vez acomodados en ellos, la enorme pantalla vertical de 15,5 pulgadas ha perdido parte de su efecto wow, pero sigue dejando correr el sistema SYNC de forma impecable. El GT mantiene también el equipo de audio Bang & Olufsen que es realmente una maravilla en cuanto a acústica.
Sobre la presencia de las dos pantallas del Mach-E, su legibilidad, ergonomía y demás funcionalidades ya hablamos en la prueba del Mach-E, así que te emplazamos a leerla si no lo hiciste.
Los cambios en el interior continúan gracias a pequeños detalles como molduras con acabado específico, una especie de Alcantara recubriendo diversos elementos del salpicadero y las puertas, un apoyabrazos con el logo GT y un volante exclusivo.
La sensación general es prácticamente la misma que en el resto de versiones, salvo por el gran plus que suponen los nuevos asientos. Los acabados son correctos y los ajustes buenos, pero, en una versión que duplica el precio respecto a su modelo base, quizás eches de menos un puntito más de exclusividad que te recuerde de manera más efusiva que te has comprado el GT.
Por último, hemos dejado un aspecto fundamental de la vida a bordo para el final; la experiencia de uso del Mach-E GT. A este respecto diremos que, en líneas generales, poco o nada cambia respecto a aquel Mach-E con la batería de rango extendido que trajimos por aquí.
Paradójicamente, disponer de casi 500 CV latentes bajo el pie derecho no tiene apenas peaje sobre los consumos eléctricos que, si bien nunca han sido la carta de presentación principal del Mach-E, son asumibles salvo que tus cruceros sean demasiado altos. Lo que sí ha cambiado algo en un año es la infraestructura de recarga que, aun pobre y dejando media España desnuda, no es tan insultantemente precaria, pudiendo completar satisfactoriamente un Palencia – Vigo con una sola parada de algo más de media hora.
Todos los Mach-E con la batería de mayor capacidad pueden cargar a 150 kW y, pese a que no te encontrarás muchos de estos cargadores en ruta, es un consuelo saber que dispones de esa potencialidad.
Viajes que, dicho sea de paso, disfrutarás sin ir montado en una tabla. La comodidad y el aislamiento del GT iguala virtualmente el de un Mach-E de menores concesiones a la deportividad, con el aliciente de unas recuperaciones dignas del Halcón Milenario.
Comportamiento dinámico
Si abandonamos las fichas técnicas, los datos y la razón y nos lanzamos desesperadamente a atacar curvas, descubriremos la verdadera esencia de este Mach-E GT. A menudo, solemos decir que en un coche, el todo es mayor a la suma de sus partes y que las sensaciones provienen de una mezcla que deja de lado la actuación por separado de cada ingrediente. No es menos en este caso.
Una experiencia dominada por la potencia y el par, así se resume todo. Sujeta a tu voluntad de querer jugar con sus límites y con un magnífico trabajo de chasis y de frenos para domarla. Porque el Mach-E GT es bravo e inmediato, con la capacidad de galopar hasta el límite de tus fuerzas si le espoleas lo suficiente.
Ahora que casi hemos normalizado las cifras de aceleración absurdas o ver taras por encima de las dos toneladas, exigirle a un coche así te vuelve a poner en perspectiva. Corre mucho y fácil y se sujeta de la misma manera, pero los 860 Nm y los casi 2.400 kg están ahí. Provócale en el modo más deportivo (Untamed) y ese torrente de par bajará de manera inmediata a unos Pirelli PZero -con marcaje especial de coche eléctrico eso sí- de tan solo 245 mm de sección. ¿Resultado? Con el control de tracción activado un latigazo de advertencia; sin él, tendrás que corregir esa enorme masa libre en mitad de la curva.
Así, es crítico cuando juegas en la cuerda floja pero tremendamente estimulante; hace cosas que no te esperarías que hiciera, menos aún así de divertidas. Pero, lamentablemente, por el aro del volante, en el pedal del freno, recibes cierta frialdad, cierta desconexión. No todo podía ser tan brillante
No lo malinterpretéis, el Mach-E nació para ser práctico y razonable, todas estas florituras de la versión GT son teatralidad para que, hasta a los quemados como nosotros, haga sonreír – y lo hace-. Consigue desmarcarse del resto de versiones en base a ofrecer deportividad real y tangible que, sin venir desprovista de ciertos males que achacan a casi todos los deportivos actuales, está ahí.
Conclusiones
Unos 88.000€ -en este color y aplicado el descuento de Ford-, es lo que te separa de este Mach-E GT. No es el más barato de su nicho de mercado y quizás no sea el más lógico, pero este GT tiene algo. Es ese intangible formado a base de legado y de cariño y amor por el automóvil el que nos atrae hacia el Mustang.
La receta original ya nos convenció en su día y, ahora que hemos podido exprimir el pináculo de su evolución, podemos afirmar que el Mach-E GT es el Muscle Car para la familia venido del futuro. Preserva la pasión por el automóvil con innumerables guiños a pesar de no ser muy comunicativo y se esfuerza en entregar una experiencia realmente deportiva.
Coches como el Mach-E GT arrojan luz y esperanza en un horizonte de niebla e incertidumbre para los petrolheads.
Vídeo en Youtube
Y sí, como en anteriores pruebas, podéis disfrutar del Mustang Mach-E GT también en nuestro canal de YouTube. Te dejamos el vídeo aquí abajo. Si te ha gustado, apóyanos, te lo agradecemos enormemente. ¡Suscríbete y no te pierdas nada!
