En Noviembre de 2019 decidí que era momento de separarme de mi querido Renault Megane III Coupe porque quería algo con más vidilla, por lo que comencé a buscar coches con tres requisitos: Relativamente moderno, gasolina y que tuviese 200 CV o más. A poder ser, sin gastar mucho más de lo que había conseguido con la venta del Megane.

El Audi TT de segunda generación siempre me llamó la atención, pero no entraba ni en mis planes ni, generalmente, en mi presupuesto. Pero bueno, ya sabemos cómo somos. Tras horas y horas buscando de manera rutinaria en páginas de anuncios, apareció un Audi TT 8J cerca de donde vivía a un precio bastante correcto, con 187.000 kilómetros, pero en perfecto estado, con ruedas cambiadas recientemente, y mantenimientos hechos.

La sensación agridulce del primer día

Después de verlo y dos días dándome cabezazos contra la pared, me lo traje para casa. Todavía en estado de shock, lo aparqué en mi garaje y me quedé mirándolo un rato. A la una de la madrugada bajé al garaje otra vez y me quedé mirándolo otros 20 minutos. Decidí arrancarlo y tras unos sonidos algo extraños en el motor de arranque… No arrancó.

Mi parte hipocondríaca apareció con una pequeña dosis de arrepentimiento y mi cabeza sacaba el primer cliché: “Bienvenido a tu primer coche Premium, prepárate para un año lleno de dolores de muela.”

A la mañana siguiente tuvo que venir el coche francés de mi padre, a rescatar al "todopoderoso alemán". La batería estaba bastante gastada al ser un coche que no se había utilizado demasiado en los años anteriores.

Primera vez probándolo

Dejé esa misma batería y encendió perfectamente por lo que decidí probarlo ya con la luz del día y en seco. No quise ver qué consumo estaba haciendo, ni siquiera para compararlo con el Megane, me centré en conducir y calcular cuantas sonrisas/kilómetro sacaba, y la verdad es que fueron bastantes.

El paso hacia adelante en cuanto a prestaciones entre un coche y otro fue muy notable.

Primer paso por caja tras tres meses

En Marzo llegó el confinamiento y ahí llegó el fin de salir a dar paseos con el coche, y también llegó el fin de la batería.

Se encendió de nuevo gracias a las pinzas, pero al mínimo gasto eléctrico, el coche dejaba de funcionar. Como anécdota: Aparqué el coche 5 minutos en doble fila para entregar un paquete en Correos, y el coche dijo "Adiós muy buenas". La primera vez que me dejaba tirado un coche. Y al día siguiente, mi segunda vez.

El día que el coche dijo basta.

Tres meses después de comprarlo, tocaba pasar por caja por primera vez: 90 euros, batería nueva instalada.

¡Sorpresa, sorpresa!: Coche con etiqueta cero preocupaciones

A partir de aquí, es momento de tocar madera. El Audi TT ha sido un coche que me ha sorprendido para bien en prestaciones y manejo, pero, sobre todo, en fiabilidad. 

Durante todo el año, exceptuando el problema de la batería, se ha portado bien, siempre y cuando tú te portas bien con él. Dejarlo que caliente durante un rato al arrancar en frío, y dejarlo que enfríe al ralentí antes de apagarlo es una de las cosas básicas que hago religiosamente. Fe de ello tiene cualquier persona que se haya subido al coche y suelte el “¡Arranca ya, hombre!”

Uno de los gastos que, sí hay que tener en cuenta en este tipo de coches, es el consumo de aceite. Es un hecho. Las primeras variantes del 2.0 TFSI de grupo VAG tienen un exceso de consumo de aceite que puede superar fácilmente el litro cada 1.000 kilómetros.

Mi unidad ronda esa cifra, por lo que una garrafa de 5 litros de aceite en el maletero nunca está de más y un control semanal de los niveles es bastante recomendado. El aceite que usa mi coche es Castrol Edge Titanium 5W30, y la garrafa ronda los 40 euros, que hay que sumar al gasto.

Vamos con los números totales: Gastos y mantenimientos

En este primer año, con un virus como principal protagonista, solamente recorrí 6.000 kilómetros con el coche.

TOTAL: 967,98 euros o 80€/mes.

Y como dije antes, toco madera. El principal gasto es, obviamente, el consumo de combustible que, a pesar del reducido precio que tiene actualmente, al menos en mi ciudad, sigue siendo un gasto extra considerable si lo comparamos con la gasolina de 95.

No quiero incluir los gastos de seguros ni el impuesto de circulación, puesto que depende del municipio y de tu historial como conductor/edad. 

Conclusión: Un coche equilibrado en gastos/prestaciones

Para mí, la compra ha sido todo un acierto, al menos hasta el momento. El Audi TT 8J es un coche muy equilibrado, dotado de una buena potencia y un peso reducido, que da como resultado unas muy buenas prestaciones.

En el apartado de fiabilidad, tampoco puedo estar más contento, es un coche que se siente bien construido y con un motor muy robusto, sin males endémicos exceptuando el consumo de aceite, con el que, si lo mantienes bien, puedes triturar kilómetros con toda la tranquilidad del mundo.


Publicado el 
10/1/2021
 en
Historias