Ayer hablábamos sobre este Aston Martin DB5 sin restaurar y en estado de Barn Find, haciendo hincapié en lo difícil que es ver clásicos con uso y con kilómetros, sin pertenecer a una colección estática de museo, donde destacan solamente por su belleza y no para lo que se construyeron: Conducirlos.

En el caso de hoy, quizás nos vamos al extremo opuesto, con un coche icónico en la historia del automóvil como protagonista, y una familia entera que, a pesar de cuidarlo, no se cortaron en recorrer mundo con él, aumentar los kilómetros de su odómetro y recuerdos dentro de él, que podemos decir que son bastantes.

Hablamos de un Mercedes-Benz 300 SL Roadster, la versión a cielo abierto del alas de gaviota con una historia como prácticamente ninguna otra.

Mercedes 300 SL Roadster
Mercedes 300 SL Roadster | Cortesía de RM Sotheby's

La historia del Mercedes-Benz 300 SL Roadster de 600.000 km

En 1958, Ron Cushway compró de segunda mano un 300 SL Roadster, con el que él y su mujer, viajaban constantemente a su país natal, Alemania, para formar parte de los rallies organizados por el club Mercedes-Benz.

Unos años después, concretamente en 1962, Mercedes-Benz organizó una visita a la fábrica de Stuttgart, donde a Ron se le notificó que la producción del 300 SL Roadster estaba a nada de terminar, para dar paso a la producción del Mercedes SL “Pagoda”.

Mercedes 300 SL Roadster
Mercedes 300 SL Roadster | Cortesía de RM Sotheby's

Siendo el 300 SL Roadster un coche tan especial para él, no dudó en encargar la producción de una de las últimas unidades, concretamente una de las últimas 17 producidas.

En Enero de 1963, Ron y su mujer volaron a la fábrica de Stuttgart para recibir su flamante Roadster. Teniendo en cuenta que se terminaba la producción del modelo, cualquier extra que se pudiese añadir se vendía con un descuento sustancial, así que Ron no dudó en comprar una radio y otro juego de llantas, entre otras muchas cosas.

Mercedes 300 SL Roadster
Mercedes 300 SL Roadster | Cortesía de RM Sotheby's

Antes de llegar a Reino Unido, condujeron más de 1.200 kilómetros para hacer el rodaje, aun en las cercanías de Stuttgart, y a partir de su llegada a casa, el Mercedes 300 SL Roadster se convirtió en el coche de diario de la familia.

Mercedes 300 SL Roadster
Mercedes 300 SL Roadster | Cortesía de RM Sotheby's

Curiosamente, ese mismo coche fue el que llevó a Trudy, su mujer, al hospital para dar a luz a su hijo, Martin Cushway, actual dueño del coche y especialista en los 300 SL.

Siempre que el trabajo se lo permitía, la familia salía de Reino Unido buscando un viaje de largo recorrido, cuando todavía no había ni autopistas. Uno de sus destinos favoritos era la costa de Portugal, que conllevaba una ruta de más de 27 horas al volante atravesando Francia y España, por lo que poco a poco, el coche iba aumentando de kilometraje.

Mercedes 300 SL Roadster
Mercedes 300 SL Roadster | Cortesía de RM Sotheby's

Como cuenta Martin, como ejemplo de la seguridad vial de la época, él también formaba parte de esos viajes, pero iba tumbado en la parte trasera de los asientos, donde normalmente se coloca el equipaje, al tratarse de un coche biplaza.

De hecho, cuenta como tiene una foto analógica sacada en el norte de Portugal, donde se muestran los pies del hijo asomando por el techo plegado, y las manos del padre al volante, con el velocímetro registrando más de 225 km/h.

Mercedes 300 SL Roadster
Mercedes 300 SL Roadster | Cortesía de RM Sotheby's

Pasaron los años, y actualmente el coche tiene 380.000 millas, o algo más de 600.000 kilómetros en el odómetro, resultado de la grandísima cantidad de rallies a los que asistieron por toda Europa, incluso más allá de Alemania del Este, cuando todavía estaba el Muro de Berlín y tenían que ir escoltados por patrullas de policía.

Mercedes 300 SL Roadster
Mercedes 300 SL | Cortesía de RM Sotheby's

Todo ese uso conllevó a repintar el coche y retapizar todo el cuero del interior, que estaba gastado por el uso y por el sol. Además, se reconstruyó el motor en tres ocasiones, dos de ellas en fábrica y una última realizada por Kienle, un conocido restaurador de Mercedes-Benz en Alemania, allá por el año 2002.

Mercedes 300 SL Roadster
Mercedes 300 SL Roadster | Cortesía de RM Sotheby's

Estamos seguros de que Martin Cushway podría contar un sinfín de anécdotas dentro de su 300 SL Roadster. Después del fallecimiento de sus padres ha seguido usando el coche, aunque tras años con el dilema, ha decidido ponerlo a la venta debido al tan alto valor que tiene, y al coste de recambios y de encontrar piezas.

Básicamente siempre se utilizó como un coche normal, un coche más, sin esa etiqueta de clásico, hasta que se dio cuenta de que quizás ya no debería dejarlo aparcado en la calle por la noche, ni ir con él al supermercado.

Mercedes 300 SL Roadster
Mercedes 300 SL Roadster | Cortesía de RM Sotheby's

Durante un tiempo, el coche estuvo guardado por Kienle en Alemania, lo que le hizo más sencilla la decisión de ponerlo a la venta, al no poder verlo en largos periodos de tiempo aparcado en su garaje de casa.

En un lapso de 60 años, la familia Cushway pudo crear un magnifico historial en el 300 SL Roadster, no solo de mantenimientos o servicios, sino de recuerdos que, al fin y al cabo, son los que te llevas para siempre.

Mercedes 300 SL Roadster
Mercedes 300 SL | Cortesía de RM Sotheby's

La semana que viene, entre los días 5 y 7 de Octubre, el coche será subastado por la prestigiosa casa de RM Sotheby’s, cuyo precio estimado, a pesar del alto kilometraje, se sitúa entre 1.500.000 y 2.000.000.

Publicado el 
29/9/2022
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Historias