El Dodge Viper permanece en nuestro recuerdo como uno de los coches más bestias y más viscerales fabricados en la industria del automóvil, empezando su producción en 1992 con la primera versión y llegando a su fin en 2017, tras cinco generaciones.
Pero yéndonos ya 22 años atrás, por el lejano año 2000, Dodge presentó un Viper que queda en los corazones de muchos aficionados, el Dodge Viper GTS-R Concept.
Este concepto, destinado a ser la tercera generación, y destinado también a mantener el legado que habían dejado las dos primeras generaciones, mantenía el poderoso y rudo V10, pero obtenía un cambio estético considerable, creando algo más monstruoso, si era posible.
Diseñado por Osamu Shikado, que se inspiró en la presencia que tenían las variantes de carreras, este Viper GTS-R Concept era algo más de 7 centímetros más bajo y 5 centímetros más ancho que su predecesor, una cantidad notable para un coche que ya era considerablemente bajo y muy ancho.
El resultado fue simplemente espectacular y, al contrario que muchos de los conceptos presentados en esta época, el GTS-R Concept si fue un vehículo funcional, con el interior diseñado por completo, incluyendo el funcionamiento del aire acondicionado y sistema de sonido.
Esto fue un signo de esperanza para los potenciales compradores que, en su momento, pudieron babear en la puerta del concesionario Dodge más cercano a esperas de un posible inicio de producción, pero finalmente, la propia marca determinó que era un simple concepto, por lo que la unidad presentada fue la única que fabricaron.
Quienes pudimos “disfrutar” de este Dodge Viper GTS-R Concept, fuimos los que teníamos una PlayStation 2 con Gran Turismo 3 en casa, que lo vimos como una fruta prohibida al portar el cartel de “No a la venta” en el concesionario de Dodge, pero con posibilidad de conseguirlo una vez avanzabas en las licencias del carnet de conducir en el juego.
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Estética tan bestia como el motor que portaba
A simple vista, el Dodge Viper GTS-R Concept se veía demencial. La línea de diseño de la carrocería era mucho más alta que la de un Viper normal, y combinando esto con un techo mucho más bajo, daba la sensación de una carrocería extremadamente más musculada.
Donde se encuentran más cambios es en la zaga, con una terminación más larga, que inmediatamente se corta con un ángulo recto de arriba a abajo, que llevaba a un enorme difusor de fibra de carbono.
Los pilotos traseros también tenían un diseño específico para este concepto, aunque quizás lo que más llama la atención, es el enorme alerón que portaba.
En definitiva, el Dodge Viper GTS-R Concept fue uno de los grandes coches “halo” a principios del nuevo milenio, y fue tan deseado, que gran parte de los elementos de diseño se utilizaron en la siguiente generación del Dodge Viper de producción, apodado internamente ZB I.
