Hace unos 30 años, Lancia destellaba al mundo entero con el Lancia Delta HF Integrale Evoluzione II. Su estética bruta y su eficacia sobre el asfalto lo convertían en uno de los Homologation Specials más icónicos, y al mismo tiempo, más deseados.
En esa misma época, el importador de Lancia en Holanda y coleccionista de coches clásicos holandés Paul Koot, creía que a lo que había debajo de esa carrocería de líneas rectas, le quedaría mejor una carrocería coupé de líneas suavizadas, más adecuado al lenguaje de diseño de la nueva década, los 90.
Para ello, mantuvo una reunión con su carrocero favorito, un tal Andrea Zagato. Tras unos cuantos bocetos y dos años después, Zagato presentaría al mundo el nuevo proyecto, el Lancia Hyena. Un coche basado en el Lancia Delta, con una carrocería hecha en aluminio, un techo con doble burbuja, y un motor tuneado capaz de desarrollar entre 250 y 300 CV. Una de las características más destacadas es la increíble dieta a la que se sometió, consiguiendo reducir su peso en 190 kg, dando un total de 1.150 kg en la báscula.
Dado el resultado final, Zagato planeó hacer de esto, un coche de producción, teniendo la idea de llegar a vender 500 unidades, pero Fiat no estaba tan de acuerdo, y decidió no aportar los chasis a Zagato, por lo que la única manera de producir el Hyena, sería desmontando por completo los Lancia Delta HF.
Y así fue. Zagato junto con Koot, fabricarían solamente 24 de las 500 unidades, debido a los altos costes de producción, lo que lo convierte en una auténtica pieza de colección, muy rara de ver y que incluso pocos aficionados conocen.
Esta unidad solamente ha recorrido 8.950 kilómetros desde que salió de fábrica, y será subastada el 13 de Febrero en la subasta de París de RM Sothesby’s. ¿El regalo perfecto para San Valentín?
Fotos de Alexander Babic. Cortesía de RM Sotheby's